Luis Muriel jugó como titular y salió a los 69 minutos de partido.
El Sevilla ha derrotado al Cádiz en su estadio en el partido de ida de la eliminatoria de octavos de final de Copa del Rey (0-2) en un choque que ha supuesto el debut del entrenador italiano Vincenzo Montella en el banquillo sevillista.
Montella ha alineado un equipo con la presencia destacada del francés Steven Nzonzi, que lleva siete partidos sin jugar tras una disputa con el anterior técnico, el argentino Eduardo Berizzo.
El Cádiz se presentó al choque con la intención de eliminar a otro equipo sevillano, después de deshacerse del Betis en la anterior eliminatoria en una de las sorpresas de la competición copera.
En la primera parte, el Sevilla encarriló pronto el encuentro, tras una buena penetración de Manuel Agudo ‘Nolito’, en la que marcó por bajo con un tiro ajustado al palo derecho de la meta local (m.8).
El equipo sevillista dominó el centro del campo con poderío, gracias a un fútbol ágil y dinámico.
El Cádiz ejerció una oposición basada en la colocación y notó que el once inicial que saltó al campo no estaba compuesto por los futbolistas que suelen jugar en la Liga de Segunda División, donde ocupa el segundo puesto de la clasificación general.
El segundo gol del Sevilla llegó en una jugada individual de Jesús Navas por la derecha, llegando a la línea de fondo para marcar por bajo (m.22).
En la segunda mitad, el Sevilla controló el juego frente a un Cádiz impetuoso y luchador, que no dio un balón por perdido pese a la desventaja que sufría en el marcador.
Los primeros intentos del Cádiz fueron desde lejos, con dos disparos exteriores de Perea, en el minuto 52, y Aitor (m.55).
A los 80 minutos, el portero Sergio Rico tuvo que emplearse a fondo para mandar a córner un tiro de Álvaro.
En la recta final del encuentro, una internada de Salvi fue detenida por Rico con falta en el interior del área (m.83). El penalti lanzado por el propio Salvi fue desviado en un gran intervención por el portero sevillista y terminó golpeando el palo derecho de la meta sevillista, dejando al Cádiz con la miel en los labios y la eliminatoria muy cuesta arriba.
EFE
