El presente mes de febrero ha sido tormentoso para el cuadro Tiburon, y esto se ve reflejado cuando pasamos de estar en la 2da posición de la tabla a la 7ma, en tan solo 3 fechas.
El nivel del Junior ha bajado considerablemente, y gran parte de ello se debe a la actitud. Al equipo se lo ve falto de intesidad, falto de reacción, y con poco ánimo para salir a buscar o dar vuelta el resultado.
El mes comenzó con una victoria, donde el conjunto rojiblanco derrotó 2-0 en casa a Alianza Petrolera, equipo que se encuentra actualmente en el ultimo lugar del torneo.
Por más que ese día Junior fue merecedor del encuentro, la afición quedó con cierto grado de preocupación. Al equipo le costó abrir el marcador, tanto fue así que en el primer tiempo Borja erró un penal, no fue hasta el minuto 72 donde este mismo se revindicó, permitiendo que Junior tomara ventaja y Carmelo Valencia a los 90+4 sentenciara el resultado. No fue una victoria contundente ante uno de los equipos más débiles del país.
A partir de aquí el equipo se fue en picada. Junior viajó a Envigado para enfrentar a el equipo ‘naranja’, un cuadro con un plantel claramente inferior al equipo barranquillero. Los dirigidos por Luis Amaranto Perea comenzaron abajo en el marcador, pero supieron, en el segundo tiempo, darlo vuelta en tan solo dos minutos con dos goles de Teofilo Gutierrez y German Mera.
Es aquí con donde surge una de las más grandes polémicas presentadas por el cuadro Tiburon, la actitud de los jugadores desapareció de un momento a otro, parecía como si los 11 que se encontraban en el campo de juego y el cuerpo técnico se hubieran confiado, creyendo que ya eran los legítimos ganadores del partido, todo esto a falta de más de veinte minutos para que acabase el encuentro. Fue en la ultima jugada, a los 90+1, donde cayó ese golpe de realidad que empató el marcador, perdiendo la oportunidad de traer los tres puntos a casa.
En la siguiente fecha se venía el partido más importante de la fase clasificatoria. Junior recibía en el Metropolitano al puntero del campeonato, el Deportivo Cali, un rival directo, una gran oportunidad para recortar ventaja y acercarse a cima. Pero lo ocurrido fue lo contrario, nada mas y nada menos que Marco Perez convirtiéndose en el verdugo de la noche, para así darle la victoria al equipo ‘azucarero’ y alejar al Junior de los primeros puestos del certamen.
¿Quién saca la cara por el equipo cuando no aparecen Teo y Borja?, ¿qué pasa con los fichajes que no rinden?, ¿el plantel no se entiende con el cuerpo tecnico?, son las constantes preguntas que dan vueltas en la cabeza de los junioristas al ver el nivel del equipo.
Junior no podía perder puntos, y menos contra uno de los rivales que se encuentra en los últimos puestos de la tabla.
El cuadro rojiblanco viajaba a Tunja para enfrentar al Boyaca Chicó, equipo que no conocía la victoria en este actual certamen. ¿Qué se trabajó en la semana?, no iba ni media hora de juego y Junior ya iba abajo 2-0, al equipo se le veía desanimado, no encontraba la manera de meterse al partido. Boyaca no proponía, pero aún así Junior se lo veía perdido, no se puede esperar que siempre los referentes del club nos saquen de las crisis, ni el tanto de Teófilo a los 80 minutos pudo salvarnos. Junior fue derrotado inexplicablemente ante un equipo totalmente inferior que pelea por no descender.
Luego del partido, Amaranto dijo que su continuidad no estaba en juego, pero tiene que empezar a replantearse él mismo, si es el hombre indicado para seguir comandando las riendas de un equipo que todos los años pide ser campeón.
El próximo rival será Millonarios de Bogotá, un equipo al que el hincha ‘rojiblanco’ siempre le quiere ganar, una oportunidad para demostrar de qué están hechos los ‘Tiburones’ o para decir «apague y vámonos» con Amaranto.
Por Hernán Onorato