El duelo en el estadio Metropolitano quedó igualado 1-1. Ahora se viene el choque por la liga local.
En los partidos tan cerrados se rompe el hielo con una genialidad o, algunas veces, con un error. Pues este jueves en el Metropolitano de Barranquilla, en el duelo de clubes colombianos en la Copa Libertadores, hubo dos equivocaciones. La primera de Santa Fe, que en una salida se complicó, le dejó la pelota a Fredy Hinestroza -que estaba por la banda contraria a la suya- para el 1-0 a favor de Júnior.
Después, ahí seguido, Willer Ditta derribó en el área a Jhon Arias y penalti para el club cardenal. Buen cobro de Kelvin Osorio y empate antes de que terminara la primera parte. Júnior y las individualidades, Santa Fe y la superioridad en lo colectivo.
Un partido complicado, de estilos diferentes y en el que el local se fue adelante a pesar de no haber tenido muchas oportunidades. Pero para justicia por lo sucedido el visitante igualó cuanto antes.
Y desde ahí, Santa Fe, tan organizado fue a buscar el resultado a favor, puso contra las cuerdas a Júnior y de a poco lo fue encerrando en su campo. Sin embargo, llegó la expulsión Carlos Arboleda, la molestia de Harold Rivera con Jhon Velásquez por no tocar de primera y la arremetida del local por la obligación de sumar en casa.
Así fueron los minutos finales, con el club bogotano haciendo marca hombre a hombre a pesar de tener uno menos, moviéndose en bloque, una línea de cinco, otra de cuatro, defenderse como fuera y con quien fuera.
Amaranto Perea le pidió a sus hombres que se adelantaran, que aprovecharan la superioridad númerica y que lanzaran la pelota al área. Pero Santa Fe resistió entendiendo que un punto de visitante en la Copa Libertadores vale mucho, que para avanzar a la siguiente ronda bastará con ganar todo en casa y sumar lo que se pueda fuera.
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Rivera se puso de pie, se sentó, manoteó, gritó y hasta calló unos buenos minutos. Fue la manera de pasarle energía a un grupo que peleó hasta el final y que mal que bien obtuvo un premio más que justo a lo hecho en la cancha.
Ahora, con el primer capítulo internacional cumplido, se viene el del fútbol local, otra vez en Barranquilla, ahora por el juego de ida de los cuartos de final. Habrá tiempo de recuperar, de replantear y de analizar a un rival con el que se jugará tres veces más.